martes, 31 de diciembre de 2013

"Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, pero es falso, el hombre, es el único animal que sabe que es la misma piedra."

Hola otro mes más. Por fin he encontrado un tema con el que actualizar, así que voy a ello. 

El hombre por naturaleza ni es bueno ni es malo. Es más, quizás no sea nada, tan sólo un ser vivo que tiene por delante un desarrollo increíblemente prodigioso si se le estimula para ello y si genéticamente es adecuado, sino será un bicho viviente más. Continuamente intentamos encontrar algo que nos diferencie de los animales (lo hemos intentado hasta con la empatía) pero parece que no existen diferencias muy claras entre el hombre y los animales; por eso, por ahora no somos más que animales sociales al igual que otras especies. 

Pero no puedo evitar pensar que el hombre es terriblemente más complejo que cualquier otro ser, y creo que es porque se complica a sí mismo. Creo que somos los únicos animales lo suficientemente estúpidos como para destruirnos a nosotros mismos. Nos engañamos, mentimos, corrompemos, robamos... Erramos una y otra vez en el mismo punto, como creyendo que dar la misma respuesta a una pregunta una y otra vez cambiará algo.

Definitivamente somos horrendos y hermosos al mismo tiempo; parecemos divinos y a la vez alimañas infernales... Sacamos lo peor y lo mejor de nosotros en unos pocos segundos. 

Luego veo todas esas grandes barbaridades que suceden y nos hacemos los unos a los otros por vete a saber qué estupidez (porque seguro que es una estupidez)... Supongo que no puedo evitar perder la esperanza en las personas. Pero todos esos sentimientos se me pasan, porque sé que hay alguien en algún microscópico lugar de este gigantesco mundo que está haciendo algo altruista: dando un regalo, salvando un perro, donando sangre o médula, cocinando comida para los que no pueden permitírsela, colaborando con alguna asociación o ONG... Esas pequeñas cosas tan microscópicas son lo que de alguna forma me llenan de felicidad porque sé que los grandes cambios empiezan con las cosas más pequeñas. 

Esas personas que intentan cambiar su pequeño mundo... Si todos cambiáramos nuestros pequeños mundos para mejor, intentando dar algo maravilloso a los demás; si intentáramos sacar brillo a la compasión y a la bondad, llegaría un momento en el que juntando todos esos pequeños mundos ¿Llegaríamos a ese tan grande que todos tenemos en común? ¿Llegaríamos a no tener esa necesidad de no ser sinceros o honestos? y más importante ¿Dejaríamos de ser tan infinitamente estúpidos, como decía Einstein?

"Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida"

A. Einstein



Un saludo y espero que sus reflexiones puedan verse por aquí,

El Kibapollito.

jueves, 7 de noviembre de 2013

I'm on my way...

Hola. Mes de noviembre: lluvias, frío, algún que otro examen, tiempo libre para uno mismo... y así van pasando los días. Pero como en todo, hay días buenos y días malos. 

Hay muchas cosas que no me gustan de mí y uno se da realmente cuenta de estas cosas cuando está pasando por momentos que resultan poco agradables. Sin duda para mí no es un momento propicio, me causa cierta incomodidad y no lo puedo evitar. De todas formas estas situaciones pueden ser un buen momento para reflexionar y evaluarnos para ver hasta que punto somos quienes queremos ser.

Esas cosillas que me crispan de mi persona: sé que el camino es cambiarlas. Pero es tan complejo que uno no sabe por dónde empezar, y una vez empezado, quién sabe por dónde seguir... Espero que poco a poco todo se vaya resolviendo y espero quizás, reflexionando sobre el tema y con algo de ayuda, poder recuperarme de ciertas cosas que me pesan ligeramente. 

Todos tenemos una zona de confort, un lugar donde nos sentimos seguros y a salvo de todo mal. Pues para que entendáis lo que sucede, la puerta me chirría de usarla tan poco para salir a vivir aventuras. Mi autoestima noto que está baja y que me cuesta que se mantenga en un nivel más optimo. Siempre es fácil aprender a subirla pero no es fácil aprender a mantenerla; sin embargo espero encontrar esa respuesta en la psicología (si es que la hay...). Es un arduo trabajo que estoy dispuesta a realizar, como ya he realizado otros antes.

Espero que esta etapa de estreñimiento emocional dure poco y que no tenga excesivas consecuencias en mi entorno cercano. Aprovecho para pedir perdón a muchas personas pues mis comportamientos me parecen vergonzosos, pero en ese momento así me salen y no puedo pararlos. Si alguien se ha sentido ofendido o mal por algo que haya hecho o dicho, mis disculpas y espero que pueda perdonarme.

A partir de ahora empieza un nuevo reto en la vida del Kibapollito: el reto de subir la autoestima. Puede que sea algo complejo pero voy a dividirlo por partes y poco a poco quizás vaya sacando algo positivo de esto. El primer capítulo de este reto será (redoble de tambores...): NO QUEJARSE. Puede parecer una chorrada pero quizás quejarse es sólo una forma de removerse más en la mierda de uno mismo, y eso es lo que queremos evitar.

Empiezo hoy hasta el mes que viene y os contaré el próximo mes cual será el segundo capítulo de este reto. Por supuesto los capítulos que vaya completando deben seguir adelante, pues todo se basa en hábitos emocionalmente sanos y como tal, hay que hacerlos todos los días.

Así que que mejor forma de empezar este reto con una canción de lo más optimista. Esta canción es de los años 80 del grupo "The proclaimers". Esta canción apareció en la película "Shrek" y desde la primera vez que la escuché, me transmitió un buen rollito... Así que espero que a vosotros os pase lo mismo.

Os dejo con la canción "I'm on my way". Mirad la traducción si no sois mucho de inglés, que la letra no tiene desperdicio.





Un saludo y gracias por leer,

El Kibapollito.

miércoles, 9 de octubre de 2013

El tratado del alma.

Hola otro mes más. Pasa muy rápido el tiempo y ya llevo un mes en la facultad de psicología de la Universidad de Santiago de Compostela (USC). Y que puedo decir si hasta voy con ganas a clase, aunque reconozco que madrugar me cuesta un poco todavía pero el hábito acabará por establecerse.

Pero en todo este tiempo que llevo no puedo negar que me ha sorprendido algo en particular que he vivido en la facultad el mes de septiembre. Se supone que yo tenía una clase de Psicología del desarrollo y de la educación pero al parecer había una conferencia tremendamente interesante, por lo que la profesora dejó la clase sin dar para que pudieramos asistir, cosa que en su momento no sabría si agradecerle pero ahora sí.

La persona encargada de dar la conferencia era el Dr. Jorge Pellegrini, un reconocido psiquiatra argentino que tuve la suerte de ver en ese momento en una conferencia sobre una película (la cual poseo) llamada "Rotas cadenas" que trata sobre el movimiento que el está liderando actualmente que creo que se podría denominar como desmanicomialización. Un resumen bastante reducido de todo esto sería que el objetivo de este movimiento es el de liberar a aquellas personas encerradas en los manicomios, sacarlos a la calle para que puedan volver a vivir en comunidad y no alejados de ella.

En un momento de la conferencia, dado que la película no funcionaba, nos habló un poco del contenido de la misma y un poco de la profesión de médico, psicólogo, psiquiatra... y en el fondo cualquier profesión relacionada con el campo sanitario.

En un momento dado, nos dijo algo que considero verdaderamente importante. Aquel hombre de pelo y barba blanca, regordete y con cara de bonachón nos miró y nos dijo: "Tenéis que trabajar con esto de aquí (señalando a la cabeza), y también con esto de aquí" (señalando al corazón). Tenéis que querer a vuestros pacientes". Quizás no eran estas las palabras completamente exactas, pero eran muy parecidas.

Querer y amar al paciente es esencial. Si le odias o no te importa ¿Cómo pretendes ayudarle? La aceptación de las personas que vienen a consulta por quienes son es, a mi modo de ver, un proceso esencial para que la terapia o el tratamiento salga bien y por supuesto, que el paciente ponga de su parte y esté de acuerdo en colaborar.

Parece que el trabajo de un psicólogo es tan fácil... Pero nada más lejos de la realidad. A veces es mucho más difícil de lo que parece y creo que a medida que vaya adentrándome en la carrera y llegue a la recta final, me daré cuenta de que todas esas dificultades merecen la pena y que de alguna forma todo ello será capaz de ayudarme en mi "camino del ser"...

Os dejo aquí un vídeo de animación explicando de una forma muy especial el trabajo que hacemos los psicólogos.





Un saludo,

El Kibapollito

P.D.: La película "Rotas cadenas" puede visualizarse en Youtube. Dura unos 45 minutos aproximadamente y es la mar de interesante, por lo que queda recomendada.

domingo, 22 de septiembre de 2013

"Ser bueno no consiste en no cometer ninguna falta, sino en saber enmendarse."

De vez en cuando hacemos cosas malas, y no está bien hacerlas... Pero tampoco está mal hacerlas. A veces depende de la situación y de las conclusiones que haya sacado uno.

Esto año han pasado muchas muchas cosas, para bien o para mal, pero han pasado y tengo que aceptarlas y enfrentarlas para poder seguir adelante sin sentimientos inservibles en mi mochila ni recuerdos que puedan impedirme avanzar.

Pero pasa mucho y yo lo sé, que a veces parece que nos estancamos en algún suceso que ha tenido una cierta relevancia y le damos mil vueltas como intentando entender lo que sucedió o convertirlo en algo que no es. El pasado es pasado, y por ende no puede cambiarse; no hay absolutamente nada que puedas hacer allí. Con lo cual, no pierdas el tiempo pensando en lo que sucedió, debes pensar en el presente, donde están las conclusiones de ese hecho.

"Pero ¿Qué hubiera pasado si...?" ¿Puedo preguntarte por qué demonios te atormentas con eso? ¡El pasado, pasado está y lo que pudieras haber hecho ya no importa pues no podrás hacerlo! Pero no os preocupéis, ya sabéis que no todo son malas noticias. Hay algo maravilloso: PRESENTE. Y ahí si puedes hacer un montón de cosas, buenas o malas, pero un montón de cosas.

Pero no es aquí a donde quiero llegar. Arrepentirse de determinadas cosas que hacemos es humano e incluso nos ayuda a solventar determinados problemas. Pero a veces hay cosas que hemos hecho mal quizás a los ojos de los demás pero no a los nuestros. Tú eres el único al que tienes que rendirle cuentas, el resto puede hablar todo aquello que desee pero sus juicios no son los tuyos y no por ello los tuyos son menos válidos. 

Si haces algo malo, no te preocupes. Perdónate, recupérate y vuelve a caminar. Y si todo esto no te convence, quizás esta frase te ayude un poco:


"Mejor es pedir perdón que pedir permiso"


Un saludo y a ser felices,

El Kibapollito

P.D.: Como no he encontrado ninguna canción que me convenciese, he decidido poner algún vídeo divertido de los cómicos Les Luthiers. Disfrutadlo y feliz domingo.
P.D.2: La frase del título es de San Juan Bosco. 


domingo, 18 de agosto de 2013

Yo, yo misma y Nietzsche

Hola otro mes. Tranquilos, no me olvido de actualizar.

El título es curioso, no lo dudo. He descubierto que diversas lecturas sobre el zen me han llevado hasta Nietzsche y a darme cuenta de que tenemos un paralelismo que no hubiera imaginado antes.

Nietzsche tiene su camello, su león y su niño. Yo tengo mi oveja, mi tigre y al final, yo. Ya había escuchado este planteamiento que Nietzsche hace de la evolución del hombre hasta llegar a su máximo (el superhombre) cuando estudiaba filosofía en el colegio, concretamente en 2º de bachillerato, cuando estudiábamos a los autores más profundamente. Y ahí apareció este hombre, con un nombre raro y unos planteamientos que a mí, en su momento me parecieron curiosos y hoy en día espero poder detenerme en esas teorías y poder reflexionar sobre ellas.


Nietzsche hablaba en "Así habló Zaratustra" de estos tres niveles como una forma de reflejar el desarrollo de la consciencia. El camello esta adormecido, es soso, conformista.Vive engañado pensando que es la cumbre de una montaña cuando, en verdad, está tan preocupado por lo que piensen los demás que apenas tiene energía propia. Pero de pronto, algo emerge, el camello reflexiona, se abre y del el emerge el León. Él nos anuncia que hemos estado desperdiciando nuestra vida y empezamos a decir NO a las demandas ajenas. Nos salimos de la multitud, solos y con orgullo; rugimos y nos hacemos escuchar: "¡Aquí estoy!", eso dice el león de Nietzsche. Y por último, de esos rugidos y de la conciencia que tomamos de nosotros mismos nace el niño. El último paso, la culminación de todo el proceso. No se conforma como el camello ni es rebelde como el león; es inocente, espontáneo y en armonía con su propio ser.

Espero algún día que del tigre salga yo, porque creo que el tigre ya ha emergido de la oveja, aunque temo que a veces está un poco afónico y no ruge bien. También necesita descansar y reflexionar (y no tiene todo el tiempo libre que le gustaría para ello). Así que señores, dejen salir sus leones y sus niños y tomen conciencia de ustedes mismos. Disfruten de sus vacaciones si tienen, y si no tienen, saquen tiempo para ustedes. 

Un saludo y gracias por leer.

El Kibapollito

P.D.: Otra canción: Hijo de hombre - Phill Collins (B.S.O. en español de "Tarzán")


jueves, 4 de julio de 2013

Nunca choveu que non escampara...

- ¡Mira! ¿La ves?
- ¿El qué, señor Tigre?
- La puerta, está abierta
- Sí... Pero se cerrará a medida que me vaya acercando, siempre lo hace...
- Bueno, eso no puedes saberlo si no lo intentas ¿Quién te dice que esta no es la buena?
- No sé señor Tigre... Tengo mied...
- Palabra prohibida señorita. No los escuches, no van a hacerte bien ninguno; ve y anda que yo caminaré a tu lado.
- Bueno, una más que se cierre no cambiará nada...
- ¿Qué, se cierra?
- No... No se cierra... Pero...
- Ve, avanza más rápido... ¡Sigue igual!
- No puede ser...
- Corre pequeña, ve a por esa puerta y ábrela de par en par ¡Ésta es la tuya!

Y así fue como una puerta se abrió, una puerta que pensé que costaría abrir y que, sin darme cuenta, ya estaba abierta ¡Me alegro de haberme librado de escalar hasta una ventana esta vez! Así que tengo que aprovechar la oportunidad que se me da ahora y no soltarla nunca, nunca, nunca. No hay que dejar que el tren se vaya.

Las cosas parece que no llegan a veces y que el tiempo, el cansancio y el trabajo se hacen eternos. Hacer mucho esperando una recompensa que no llega nos causa rabia y tristeza y una sensación de impotencia y de decepción hacia nosotros mismos. Pero es que a veces, las cosas no llegan porque no es su momento. Es como la fruta que cae del árbol: la fruta cae cuando tiene que caer, cuando llega su momento. No cae antes por sí misma. Ella sabe cuando tiene que caer, espera paciente ese momento después de haber crecido y haberse convertido en una jugosa fruta. Lo mismo pasa con las cosas de la vida: las recompensas no llegan antes ni después, llegan cuando tienen que llegar y punto. Nuestro esfuerzo será recompensado siempre; no podemos predecir cuando, pero si podemos esperarlo con ilusión (como un niño espera la llegada de la Navidad) y con paciencia, sin dejar de trabajar ni de soñar.

Así que cuando pienses en algo que no acaba de venir a ti y te sientas triste por ello no pienses que es porque no eres merecedor de ello, piensa que simplemente no es el momento. Cuando llegue, llegará y lo sabrás.

Os dejo con una canción de la banda sonora de la reciente película de animación premiada en los Oscars de este año "Brave"- Volaré





El Kibapollito


martes, 18 de junio de 2013

"El optimismo es la fe que conduce al éxito. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza."

Hola otro mes más. Un poco más libre y con un poco más de tiempo para reflexionar. Siempre digo que las cosas se ponen feas, porque vamos por épocas: pueden ir 2 meses bien y a los 2 siguientes mal y viceversa.

Pero incluso en esos momentos hay que ser optimista. A veces cuando peleamos contra un adversario y nos va a dar un golpe muy fuerte tenemos dos opciones: o lo recibimos o aprovechamos su fuerza a nuestro favor y contraatacar más fuerte.

En muchas situaciones pienso que nos vemos reprimidos y nos sentimos tristes, y con razón porque es normal. Pero a veces estamos derrotados demasiado tiempo. En ese momento entra la palabra introspección en nuestras vidas, el mirar dentro de nosotros; el conocer nuestros estados mentales debería convertirse en algo que deberíamos hacer siempre. Nadie sabe mejor que uno mismo qué nos pasa, pero a veces en nuestro mundo interno existen emociones y pensamientos a los que no sabemos darle sentido con nuestras palabras, entonces la cosa se vuelve complicada y puede llevar muchos períodos de reflexión adivinarlo, aunque gracias a Dios, la psicología y sus profesionales son unos grandes aliados en caso de dificultades...

Hay que dedicarse tiempo a uno mismo, no podemos ir por ahí viviendo por y para los demás, resolviendo los problemas de los demás y haciendo cosas por lo demás, porque nadie va a hacer las nuestras. Imaginaos que yo empiezo a trabajar de psicóloga y comienzo a tomarme los problemas de mis pacientes como si fueran míos. Caray, esperemos que mi consulta no tenga ventana y en el caso de que la tenga, rezad para que no haya mucha distancia hasta el suelo... ¡Me volvería loca! 

No hay recetas universales para resolver los problemas pero sí sé que a veces la solución se encuentra en nosotros mismos, pero a veces no sabemos buscarla. y por eso, haciendo alusión al título, no hay que perder la esperanza. El optimista no es aquella persona que se conforma con lo malo, es aquella persona que aún sabiendo que las cosas van mal, sigue teniendo la fe y la ilusión de que las cosas cambiarán. Duda, piensa, y también se entristece, pero jamás se rinde y por muchas piedras que pise por el camino, sabe que si sigue caminando con paso firme, caminara sobre alfombras de pétalos de rosa, estando aún más convencido de sus ideas y de los principios que le ayudarán a conseguir aquello por lo que lucha.

Así que aquí os dejo una canción que desde la primer vez que la escuché, me llegó a la patata. Espero que la disfrutéis. 

Hombres G - Me siento bien.




Un Saludo y a ser optimistas,

El Kibapollito.

domingo, 26 de mayo de 2013

El camino del guerrero.

A punto estamos de acabar mayo, exámenes, esos interminables sprints finales... Todo pasa y todo vuelve a empezar. 

Hoy estuve leyendo los principios del  武士道 (Bushido) que se traduciría como el camino del guerrero. Para quien no lo sepa podría decirse que era un código ético estricto al que los samuráis japoneses entregaban sus vidas.

He leído sobre este código, y me encontré con las 7 virtudes que son:
  • Justicia
  • Coraje
  • Benevolencia 
  • Respeto
  • Honestidad
  • Honor
  • Lealtad
Y entonces tras leer un poco me he dado cuenta de que todos deberíamos y quizás ya llevemos, aunque no seamos conscientes, un pequeño guerrero dentro. La vida no es más que una continua guerra cargada de pequeñas batallas que uno ha de superar que debería tener como recompensa principal el crecimiento interior de cada persona.

La vida está llena de aprendizajes y de desaprendizajes que cada día nos llevan a pensar de forma diferente y que pueden reafirmar nuestras creencias o destruirlas por completo. Pero creo que siempre es importante tener objetivos, sueños... Algo lo suficientemente importante en esta vida por lo que merezca la pena luchar siempre. 

No digo con esto que no os dejéis llevar. Se puede llegar a un punto de muchas formas: en línea recta, en zig  zag, dando vueltas... La cuestión es saber donde está el norte para no perderlo nunca por muchas vueltas que des. 

Viajando hacía el norte de cada uno encontraremos miles de batallas al este, al oeste, y al sur. Pero pase lo que pase, siempre habrá algo por lo que un guerrero se mantendrá en pie hasta el final con esperanza, sueños, fuerza y pasión.

Un saludo y espero que vosotros tengáis un norte al que ir. Yo lo tengo.

El kibapollito

PD: Os dejo con un tema (como no) del Chojin titulado "Me dijeron"



domingo, 28 de abril de 2013

"Las musarañas si existen, en mi cuarto tengo miles..."

Hola a todos. 

Siempre os digo que persigáis lo que queréis con esfuerzo, perseverancia, pasión y energía. Pero a veces para tener las pilas recargadas, hay que tomarse un descanso.

A veces es complicado intentar mantener en armonía tu entorno. Cuando este se desorganiza, tu te vas al garete con él y no eres capaz de hacer nada: pierdes todas las fuerzas, caes en picado; lo sabes y por desgracia a veces no podemos hacer nada para evitarlo. 

Creo que todos alguna vez pasamos por pequeñas etapas de saturación mental en las que todo se junta: problemas personales, inquietudes varias, nimiedades que son molinos pero a nuestros ojos asemejan ser gigantes... Y esto afecta a nuestro estado físico pudiendo generar tensiones musculares, hacer que rechinemos los dientes, debilidad, imposibilidad de relajarse y otra serie de efectos que pueden hacer mella en nuestra vitalidad de una forma de la que no somos conscientes. 

Es importante intentar relajarse siempre, intentar no estresarnos por situaciones que no merecen tanta preocupación (como dice un conocido proverbio chino: "Si un problema tiene solución ¿por qué te preocupas? Y si no lo tiene ¿para que preocuparse?"). Nos comemos la cabeza con tantas cosas que al final no tienen ningún tipo de importancia y que quizás simplemente estaban estorbando. 

Sé que es difícil (yo soy la primera a la que le pasan estas cosas) pero a veces llegado un momento sabemos que con una sola cosa más, acabaremos por reventar ¿¡Somos capaces de saber cuando vamos a perder el control!? Quién sabe... Pero si eso es así (que pienso que sí), podría ayudarnos a superar situaciones verdaderamente molestas que pueden menguar nuestro bienestar.

A veces me encantaría irme lejos. Si pudiera elegir un sitio a dónde ir, iría a una gran casa, una especie de castillo en medio del campo. Llovería mucho, mucho y mucho ¡Qué pereza salir!. Habría una chimenea siempre encendida, con un sillón enfrente para estar bien calentito, muchos libros... Pero hay algo que pediría antes que cualquier otra cosa sería un desconocido; una persona que no me conociese de nada, absolutamente de nada, ni supiera nada: ni mi nombre, ni mi edad, ni mi signo del zodiaco ni nada...

Sea como sea, y ya que no nos podemos ir así porque sí, paraos a descansar siempre que lo necesitéis. No hay que forzarse hasta el límite, tampoco es necesario. No se puede estar en la cima y al día siguien a varios metros bajo tierra; hay que suavizar la caída. Así que para que quede más claro todo este rollo que acabo de soltar, lo resumiré en un tema del Chojin que se llama "Apagado o fuera de cobertura" 




Un saludo y gracias por leer,

El Kibapollito



domingo, 24 de marzo de 2013

"No lo llames incertidumbre, llámalo prodigio. No lo llames inseguridad, llámalo libertad."

Hola, buenas tardes. Otro mes más en el que la pereza me puede, pero intento hacer todo lo posible para escaparme de sus garras y no caer en la irresponsabilidad. 

En esta actualización quiero reflexionar un poco sobre un libro que he comprado y empezado a leer recientemente: "Coraje. La alegría de vivir peligrosamente." de Osho. Es muy interesante como, en muy pocas páginas, ha sido capaz de demostrarme que las ideas que yo tenía acerca de la esencia de la vida no estaban del todo desencaminadas.

Queremos controlarlo todo tanto cuando deberíamos hacer justo lo contrario. Por mucho que tú quieras saber qué sucederá en tu futuro próximo o lejano, no puedes saberlo. El futuro es incierto. Y esa es la esencia de la vida, al fin y al cabo: la magia de no saber lo que va a pasar, de arriesgarse, de precipitarse... ¿Quién te garantiza nada? Ni siquiera tu puedes garantizar lo que sucederá en tu futuro por mucho que hagas esto o lo otro. 

La incertidumbre es una sorpresa constante, que nos tiene maravillados y absortos día a día. El hombre que vive en la incertidumbre y es cobarde, es inseguro; la inseguridad es la máscara que lleva la libertad cuando la persona es cobarde.

El cobarde se deja llevar por sus inseguridades, por sus miedos, pero el valiente no. Es la única diferencia entre ambos: el valiente, aun sabiendo que sus miedos existen y siendo consciente de ellos, se adentra en lo desconocido viviendo una aventura constante, convirtiendo su inseguridad en valor y, sobre todo, en libertad: la libertad de aceptarlo todo, de no tener nada fijo ni establecido, la libertad del dejarse llevar...

No creas en nada: no creas en el destino ni en las casualidades, pues eso no te servirá de nada. Siempre he creído en lo que las personas podemos hacer ahora, aquí mismo, en el presente. No pienses en el futuro ni en lo que venga; lo único que puedo decir es que, hagas lo que hagas, hazlo como lo sientas y así, seguro, nunca te arrepentirás de nada de lo que hagas y te sentirás, con suerte, un poco más libre y satisfecho.

No hay mayor libertad que la de saber que, en cualquier momento, podemos saltar al vacío y hacerlo, dejando de lado nuestros miedos y dudas y quitándonos esa máscara de inseguridad que no nos deja ver que somos libres (aunque nosotros no lo creamos).

No tengas miedo de ser libre ni de ser valiente. En definitiva: no tengas miedo de vivir.

Un saludo y gracias por leer,

El Kibapollito.


PD: Os dejo con un tema de otro rapero español: Nach - "En este mismo instante"


jueves, 14 de febrero de 2013

"Una palmada en la espalda..."

Volvemos otro mes más y nada mejor que empezar esta actualización con una buena noticia: ¡He acabado mis exámenes! Así que quizás tenga tiempo libre para pensar, reflexionar y hacer cosas que me gusten y tengo abandonadas. 

Han sido unos días duros y creí que acabarían con mis fuerzas pero por suerte he salido ilesa y viva. Ha ido, en definitiva, mejor que el año pasado y pienso ¿Por qué? Las cosas han cambiado con respecto a años pasados de una forma que ahora me sorprende: mi autoestima es mejor, mi autoconcepto también y con todo ello mi estado de ánimo. Y aunque sé que quedan muchas cosas que cambiar y que matizar, haber empezado y haber llegado hasta aquí es, desde luego, andar una parte complicada de este proceso de cambio que me da la sensación que es de 360º completamente. Hasta que no estás dentro del meollo no eres consciente de su inmensidad...

Pero a veces mientras andamos dando vueltas en esta gran rueda que es el cambio nos mareamos, yo especialmente (y te entran unas nauseas de caballo), y cuando esto pasa es señal de que hay que parar un momento. Nos faltan las energías para seguir y nos resentimos en muchos aspectos (porque aunque no lo creáis, vuestra salud psicológica influye mucho en la física y viceversa. No hay cuerpo sin mente, creo yo). Y sinceramente, creo que no sirve de nada andar a la aventura con el estómago revuelto. Necesitamos esos ánimos, esas ganas tremendas que tenemos cuando nos embarcamos en algo nuevo que no sabemos que rumbo tomará. 

El apoyo de nosotros mismos es muy importante pero el apoyo de los demás también lo es. Pero si alguien alguna vez no pone la mano en el fuego por ti, no te preocupes, porque a veces las personas que nos importan nos confían en nosotros o les parece que no hacemos las cosas como deberíamos. Lo importante es que tú mismo te sientas orgulloso de lo que has hecho, porque lo has hecho: si lo has hecho bien, cojonudo; si lo has hecho mal, puedes volver a intentarlo y seguro que se te recompensará con creces. Y si lo necesitas, apóyate en esas personas que confían en ti y en esa pequeña parte que todos nosotros tenemos que nos anima siempre a seguir adelante cuando parece que ya no quedan motivos. 

Si hay algo de lo que me siento muy contenta después de lo que llevo en esta rueda del cambio es que cada vez, por muchas cosas malas que puedan pasar, noto que pierdo menos la sonrisa...

Así que, me despido aquí con una canción del Chojin que me ha inspirado un poco para escribir esto, y completando el título, acabo con esta frase de su canción "Una palmada en la espalda a veces es lo único que hace falta"

Un saludo y ánimo,


El Kibapollito




jueves, 31 de enero de 2013

Paseo filosófico.


Hola por segunda vez este mes. Ya es 31 y se ha pasado volando y poco más y dejo esto sin la actualización de verdad.

Verdaderamente los paseos son muy productivos, y aunque no he tenido la oportunidad de hacerlo como me hubiera gustado por un pequeño esguince y el mal tiempo que ha hecho, me he permitido reflexionar igualmente sobre todos los aspectos que considero importantes en mi vida de una forma muy genérica. He reflexionado sobre tres temas: el tema social (amor, familia y amigos), estudios y mi persona.

Y al final siempre acabamos atracados en el mismo puerto: la actitud, el esfuerzo, la paciencia y la confianza en nosotros mismos es aquello que puede llevarnos a conseguir aquello que deseamos y a llevar una vida más acorde a lo que queremos, sin olvidar que estaremos más próximos a nuestro yo ideal, a esa persona que deseamos ser.  Sea en el tema que sea.

Las cosas buenas no llegan por sí solas, sino que a veces tenemos que ayudarlas un poquito ¿Y cómo hacemos eso os preguntaréis? Con esfuerzo. A veces las cosas salen mal y reconozco que no siempre tenemos el control de determinadas situaciones, ya que no todas dependen de los que hagamos, sino que están en manos del azar o incluso del criterio de otras personas. Pero aquellas cosas que sí están en nuestras manos sacarlas adelante merecen esfuerzo y pasión por nuestra parte. Cierto es que a veces no recogemos los frutos de nuestro trabajo tan pronto como nos gustaría pero si nos rendimos tampoco los recogeremos nunca ¿Acaso tu plantas un árbol y mañana ya ha dado frutos? No ¿Verdad? Por eso es importante tener paciencia, y ello también implica tener constancia: no vale esforzarse hoy y mañana no. Pero a veces reconozco que las situaciones nos provocan emociones negativas que nos quitan las fuerzas. Por eso a veces es importante parar y descansar para reponer fuerzas (es mejor un día al 100% que 5 al 99%).

Pero no podemos olvidar el importantísimo papel que tiene la confianza en nosotros mismos y la actitud hacia las cosas. No es lo mismo ver el vaso medio vacío que verlo medio lleno o simplemente, verlo por la mitad. A veces es bueno tener una actitud positiva porque nos ayuda a sobrellevar los malos momentos y nos ayuda a que los buenos momentos sean verdaderamente gratificantes. Si nos dejamos llevar por el miedo y el pesimismo perderemos muchas batallas, pero nunca es tarde para ser un guerrero, así  que desenvainad vuestra espada y luchad contra los monstruos de fuera y los de dentro, que tienen telita…

La confianza en uno mismo va de la mano con la actitud. Parece que cuando tenemos más confianza en nosotros, más autoestima tenemos y parece que nos van mejor las cosas (y tenemos una actitud más positiva para encarar esos problemas que nos pesan). Pensar que somos capaces de hacer todo lo que nos propongamos puede ayudarnos a conseguir nuestros objetivos a corto plazo y de alguna forma, sumar puntos para conseguir los objetivos que tenemos a largo plazo. Pero volvemos a la paciencia ¡No puedes conseguirlo todo en un día! Tómate tu tiempo: aprendes mucho más durante el camino de lo que puedes aprender al final del mismo. Y no te angusties si vas poco a poco: no todos podemos llevar la misma velocidad (y ya dicen que milímetro a milímetro se hace el metro).

Pues esto puede aplicarse a cualquier ámbito de la vida, considero. Así que si estáis haciendo algo y veis que os faltan fuerzas, tranquilos y tened siempre una frase inspiradora o un lema en mente. Yo tengo el mío: 

¡AL TURRÓN!

Un saludo y mucho ánimo con lo que venga,

El Kibapollito.


jueves, 24 de enero de 2013

Lance Armstrong: Rectificar es de sabios (extra).

Hola a todos. Esta actualización es extra. No esperaba ponerla pero verdaderamente me he dado cuenta de algo y quería compartir con vosotros mi punto de vista respecto de la situación que rodea un poco a Lance Armstrong. 

Algunos hablaron de él como un ídolo, un héroe. Y ahora de pronto, no es más que una persona cualquiera, un traidor, un tramposo. No sé nada de ciclismo, y ni siquiera sé montar en bicicleta, pero aun así daré mi punto de vista sobre esto.

Este hombre se sentó con Oprah y (supuestamente) le contó la verdad. Y le creí. No tengo información sobre el ciclismo ni como se vive por dentro ni ahora ni hace más de 10 años. Pero estoy segura de que, como en cualquier deporte, existe un lado oscuro en el que la lealtad y la reputación del mismo se pierde.

No creo que el doping sea una práctica de cuatro gatos con ansias de ganar, sino de muchísimos deportistas que, al igual que este hombre, consiguieron burlar los test. Lance tiene una gran repercusión mediática como deportista y creo que esa es la razón de que ahora su historia tenga un gran revuelo; una historia que en el fondo no hace más que repetirse y no se destapa del todo.

Muchas cosas nos influyen cuando tomamos decisiones: el grupo en el que nos encontramos, las personas que nos rodean y que nos importan, nuestros sesgos cognitivos... Sean cuales sean las razones que llevaron a Lance a doparse, no somos quienes de juzgarle. ¿Acaso sabes por qué lo hizo? ¿Conocías su situación, sus pensamientos, sus sentimientos...? No.

No podemos decir nada porque no sabemos nada. Se dopó ¿Por qué? podéis decir misa pero en el fondo sólo él sabe la razón.

Rectificar es de sabios. Este hombre se sentó en una silla y contestó a aquello que se le preguntó. Confesó doparse y se sintió feliz. Y mi reacción no fue más que la de esbozar una tierna sonrisa al entender que las personas cometemos errores y los reconocemos, quizás tarde, quizás en el momento justo o demasiado pronto e incluso cuando no existe ese error; pero al mismo tiempo sentí tristeza porque toda esa gente que una vez le admiró le dará la espalda, y el cariño y el respeto que una vez sintieron se teñírán de negro. Creo sinceramente que Lance fue una víctima más de una práctica que debería ser terriblemente penalizada. Y quizás este suceso pueda ayudar a crear una mayor conciencia en una lucha a favor de un deporte limpio.

Fue honesto, consigo mismo (espero) y con los demás. Y pienso: ¿alguien valoró eso?¿alguien valoró que ese hombre se sentase allí y dijese "Sí, lo hice. Fue mi culpa."?. Sé que Lance no es el único que se dopa, pero se ha sentado con dos cojones (con perdón) a decirlo, quizás muy tarde, pero lo ha hecho. Y por ello se merece un aplauso por mi parte.



"Nunca es triste la verdad. Lo que no tiene es remedio..." J.M. Serrat

Un saludo,

El Kibapollito