jueves, 14 de febrero de 2013

"Una palmada en la espalda..."

Volvemos otro mes más y nada mejor que empezar esta actualización con una buena noticia: ¡He acabado mis exámenes! Así que quizás tenga tiempo libre para pensar, reflexionar y hacer cosas que me gusten y tengo abandonadas. 

Han sido unos días duros y creí que acabarían con mis fuerzas pero por suerte he salido ilesa y viva. Ha ido, en definitiva, mejor que el año pasado y pienso ¿Por qué? Las cosas han cambiado con respecto a años pasados de una forma que ahora me sorprende: mi autoestima es mejor, mi autoconcepto también y con todo ello mi estado de ánimo. Y aunque sé que quedan muchas cosas que cambiar y que matizar, haber empezado y haber llegado hasta aquí es, desde luego, andar una parte complicada de este proceso de cambio que me da la sensación que es de 360º completamente. Hasta que no estás dentro del meollo no eres consciente de su inmensidad...

Pero a veces mientras andamos dando vueltas en esta gran rueda que es el cambio nos mareamos, yo especialmente (y te entran unas nauseas de caballo), y cuando esto pasa es señal de que hay que parar un momento. Nos faltan las energías para seguir y nos resentimos en muchos aspectos (porque aunque no lo creáis, vuestra salud psicológica influye mucho en la física y viceversa. No hay cuerpo sin mente, creo yo). Y sinceramente, creo que no sirve de nada andar a la aventura con el estómago revuelto. Necesitamos esos ánimos, esas ganas tremendas que tenemos cuando nos embarcamos en algo nuevo que no sabemos que rumbo tomará. 

El apoyo de nosotros mismos es muy importante pero el apoyo de los demás también lo es. Pero si alguien alguna vez no pone la mano en el fuego por ti, no te preocupes, porque a veces las personas que nos importan nos confían en nosotros o les parece que no hacemos las cosas como deberíamos. Lo importante es que tú mismo te sientas orgulloso de lo que has hecho, porque lo has hecho: si lo has hecho bien, cojonudo; si lo has hecho mal, puedes volver a intentarlo y seguro que se te recompensará con creces. Y si lo necesitas, apóyate en esas personas que confían en ti y en esa pequeña parte que todos nosotros tenemos que nos anima siempre a seguir adelante cuando parece que ya no quedan motivos. 

Si hay algo de lo que me siento muy contenta después de lo que llevo en esta rueda del cambio es que cada vez, por muchas cosas malas que puedan pasar, noto que pierdo menos la sonrisa...

Así que, me despido aquí con una canción del Chojin que me ha inspirado un poco para escribir esto, y completando el título, acabo con esta frase de su canción "Una palmada en la espalda a veces es lo único que hace falta"

Un saludo y ánimo,


El Kibapollito