domingo, 2 de octubre de 2011

"Uno de mi calle me ha dicho que tiene un amigo que dice conocer a un tipo que un día fue feliz..."

Hola…Un saludo siempre es lo mejor para empezar. Sigo pensando una y otra vez en todo: la vida, los sueños, las experiencias, los cambios, lo nuevo, lo viejo, lo que se va, lo que vuelve…y lo que no vuelve. Todo eso rodea mi mente. Hay veces y momentos es los que todo ser humano necesita desconectar, hastiado de todo lo que le rodea y de sentirse un desconocido no solo para los demás sino también para sí mismo. Ese momento llego para mí un diciembre…creo recordar, por lo menos se que fue en invierno. Desde entonces todo empezó a cambiar poco a poco, siendo consciente de ello y a la vez inconsciente de una liberación de mi yo. Nadie tiene el control sobre el cambio pero sin embargo somos capaces de provocarlo si así lo deseamos (el resultado obviamente es variable) pero este último, bueno o malo, siempre sirve para darnos cuenta de determinadas cosas que pueden tener un gran peso en nuestras vidas y así conseguir mejorar.

Pero sigo con un deseo, un anhelo: la felicidad…no está siempre conmigo pero la deseo a todas horas. Es una mujer a la que veo muy pocas veces, pero cuando la miro no puedo hacer más que sonreír y envolverme en la dicha del momento. Cada cual encuentra la felicidad en aquello que le llena, que le motiva, que genera sensaciones en el cuerpo que no sabes de dónde demonios vienen…pero no te importan, no molestan. Ahora encuentro la felicidad en las pequeñas cosas, en las grandes, en las buenas conversaciones, en la compañía de las personas a las que aprecio, en las palabras...

Pero como no podría ser de otro modo, finalizaré está actualización con una canción de uno de los grandes: Joan Manuel Serrat. Se titula “Uno de mi calle…” (o eso creo).



Como añadido:

Supongo que continúo desvariando, y a medida que lo hago siento que este blog pierde interés, pero de todos modos, si alguien aún después de todo esto, lo sigue leyendo, permítame darle las gracias. Yo escribo para mí, pero también escribo para los demás. El viaje a través de las palabras es hermoso, pero si podemos hacer que alguien nos acompañe… ¿por qué no escribir para el mundo?

Un Saludo y recuerden que el kibapollito les quiere…aunque no se lo crean.