domingo, 26 de enero de 2014

"El progreso y el desarrollo son imposibles si uno sigue haciendo las cosas tal y como siempre las ha hecho"

Hola otra vez. Me encuentro en un punto de inflexión, esos momentos de desorientación, en los que uno se pierde dentro de sí mismo. Son tiempos que invitan a la reflexión y al cuestionamiento de las creencias; la muerte y la resurrección del espíritu, por ponerlo bonito.

Siempre he creído que el hombre inteligente es el hombre que duda siempre, que nunca afirma nada de forma rotunda, porque entiende que el  mundo cambia continuamente y que cualquier cosa que se pueda decir ahora con toda la seguridad del mundo, mañana quizás ya no.

Siempre he creído que existen principios en el hombre como la honradez, la honestidad o la bondad que deberían ser inquebrantables; pero quizás lo que no debería ser tan firme son las cosas que aprendemos a través de nuestras experiencias en la vida. Existen tantas y tantas cosas que aprendemos todos los días, meses, años y almacenamos en nuestra mente con la intención de ayudarnos en nuestro día a día y en el futuro. 

Pero el cambio es eterno y por mucho que hayamos aprendido, llega un momento en el que entendemos que esos aprendizajes ya no sirven de nada, que quizás aquello que una vez pudo salvarnos de un mal trago nos está privando de nuevas experiencias. No podemos cortarlo todo por el mismo patrón porque siempre obtendríamos lo mismo y estaríamos yendo en contra de la naturaleza de las cosas, en contra de la esencia de la vida quizás que es el fluir, el cambio, el progreso. 

El hoy será ayer, el mañana será hoy... El mundo gira, cambia y da vueltas y aún hay gente que intenta resistirse creyendo que aferrarse a algo estático les ayudará a moverse. Eso está bien, te quedas en tu zona de confort, seguro sin nuevas sensaciones positivas pero también sin negativas. Ves como las cosas pasan... Pero de alguna forma estás renunciando a ser feliz. 

No sé si el hombre nació para buscar la felicidad y no creo que todo el mundo crea poder encontrarla o merecerla (lo que es muy triste). Pero creo que todos deberíamos tener siempre en mente esta pequeña historia de John Lennon:

"Cuando yo tenía cinco años, mi madre siempre me decía que la felicidad es la clave para la vida. Cuando fui a la escuela, me preguntaron qué quería ser cuando fuera grande: escribí feliz. Me dijeron que yo no entendía la pregunta. Les dije que ellos no entendían la vida."


Y antes de acabar esta actualización quiero dejaros con una historia para reflexionar sobre un viajero que, según algunos era bastante estúpido, pero a mí me parece simplemente maravilloso... (la historia no es mía, está sacada de una serie de animación japonesa).


EL VIAJERO MÁS ESTÚPIDO DEL MUNDO

Un caminante estaba viajando por todo el mundo. Era tan tonto, que todos le engañaban muy fácilmente:


     - Por favor deme dinero para medicinas...



Fue engañado por los habitantes de un pequeño pueblo por el que pasaba y perdió su ropa y sus zapatos por ayudar a los que allí vivían:



    - Mi hermana está enferma...
    - No tengo dinero para comprar semillas para cultivar en el campo...


Pero aunque el viajero era estúpido, siempre los ayudaba y los habitantes se lo agradecían, mintiéndole y diciéndole al viajero: "¡Me has salvado!" . Él les creía y seguía diciendo: "¡Anímate, anímate!".



Al final el viajero se quedó desnudo, y estaba muy avergonzado por lo que se internó en el bosque que se encontraba en los alrededores. Pero esta vez conoció a los monstruos que vivían en el bosque. Éstos, más malvados si cabe que los aldeanos, querían comerse el cuerpo del viajero y comenzaron a engatusarle con mentiras. Por supuesto el caminante sintió compasión así que les regaló sus brazos y sus piernas, uno a uno.



Al final, al viajero solo le quedaba su cabeza, así que le dio sus ojos al último monstruo cuando éste se lo pidió. Cuando este se los comió, le dijo al viajero:


   

  - Gracias; a cambio te daré un regalo.

Y dejó algo a su lado. 
Pero solo era un trozo de papel con la palabra "IDIOTA"escrito en él. 
Entonces, en ese momento, a pesar de no tener ojos, el viajero empezó a llorar y exclamó en un último suspiro:



    - ¡Gracias, gracias! ¡Nunca antes me habían hecho un regalo! ¡Soy feliz! ¡Gracias, gracias!



Y las lágrimas brotaban de sus ojos recién arrancados. El viajero murió poco después.


Quiero saber cuál es la moraleja que vosotros sacáis de este cuento. Yo simplemente puedo decir que el viajero es un loco del tarot, un hombre con una confianza y una inocencia inquebrantables. 


Y como no podía ser de otro modo os dejo con una canción de la película de Disney, Rapunzel: "Cuándo mi vida va a comenzar".







Un saludo y gracias por leer,



El Kibapollito



P.D. : La frase del título es de  Wayne Dyer, un escritor estadounidense de libros de autoayuda.

P.D. 2: Me lo he currado esta vez ¿A que sí?


jueves, 2 de enero de 2014

Extra. Primer y único propósito: cagarla.

Bueno, y empezamos el año en la llama, con una actualización extra, ya que me inspiré y quería escribir (aunque habrá otra actualización este mes).

¿Cómo van esos propósitos eh? Si ya, que bonitos son... Yo me he decidido a poner sólo uno: CAGARLA. Sí, así de claro. Este año quiero cagarla, pero mucho y que me llegue la mierda hasta la nariz... Y os preguntaréis cómo es que me ha dado por esto y os diré que un chico ha hecho un vídeo que, de alguna forma, expresa lo que pienso acerca de lo maravilloso que es cometer errores y vivir con ellos, aprendiendo siempre de los mismos.




Un saludo y os deseo un feliz año lleno de errores, riesgos y meteduras de pata legendarias.

El Kibapollito