sábado, 26 de enero de 2019

No invalides tus emociones; respétalas.

Si hay algo de lo que me he dado cuenta recientemente
es de la obligación que tenemos las personas de respetar
nuestras emociones y de hacerlas respetar ante los demás.

Cuando estoy triste o siento miedo, suele venir alguien
a decirme “no entiendo cómo estás así, no tienes ningún
motivo” o “es que no entiendo como puedes tener miedo de
algo bueno”.

Esto no sólo empeora la situación, sino que me hace
invalidar mis emociones, apartarlas porque no son
importantes y sentirme culpable.

ERROR: si yo ignoro y aparto mis emociones, no voy a
sanar. Decía Freud que “Las emociones no expresadas
nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde
de peores formas”. yo aparto mis emociones y no las
elaboro ni las vivo... Es casi como decir que no me
respeto, y por tanto, que no me quiero.

Las emociones no son positivas o negativas, son
emociones simplemente, y tienen el tremendo valor
adaptativo de ayudarnos para bien o para mal ante las
situaciones de la vida.

El miedo por ejemplo tiene un valor indudable para
protegernos de los peligros que nos acechan; pero por
desgracia también se equivoca a veces. No lo apartes
y dale la oportunidad de escucharlo.

Nadie vence el miedo desde el enfado, sino desde la
valentía y el coraje.



No podemos saber lo que es la alegría si no vivimos la tristeza.