martes, 14 de junio de 2011

Porque siempre habrá un claro de luna

Hoy en este blog deseo escribir, o quizás describir como miles de puntos prisioneros entre líneas paralelas son capaces de tocar el alma cuando alzan sus voces para cantar al claro de luna.

La tristeza pesa...solemne y silenciosa. Las lágrimas brotan de los ojos de mi alma, despacio, pequeñas de tamaño pero grandes de sentimiento. Cierro los ojos y allí la veo: una mujer de plata, redondeada, brillante y...sola. Y en su misma soledad se hace grande, inmensa para hacerme sentir pequeña. Pero su luz en la oscuridad trae esperanza, porque por muy negra que sea la noche allí está ella, siempre, alumbrándome y acompañando mi soledad...larga y fría...hasta desaparecer en la inmensidad del universo.

Es una tristeza que se carga en mis hombros. Pero a pesar de todo, es una tristeza hermosa.

Un saludo

El kibapollito