martes, 24 de mayo de 2011

Ciao Venecia

Y vuelvo otra vez a narrar un viaje, esta vez a nada más y nada menos que a Venecia. Aunque el primer viaje ha sido desafortunado para mí; y aunque echo de menos mi cama, para ver mundo hay que abandonar el hogar… es así de triste.

Una pizza, unas máscaras y un vaso repleto de frutas pueden hacer que Venecia se convierta en un veraniego cuento de hadas. Mil barcas, mil canales, mil puentes y mil pastas todas de mil formas y mil colores. El viaje continúa y las historias seguirán apareciendo y las palabras surgiendo de mi mente como flores floreciendo en primavera.

Los paseos en góndola te descubren las cosas y los pequeños canales que crean la magia de Venecia. Esos pequeños “barrios” donde se ve el día a día veneciano, siempre con ese silencio adornado con el dulce sonido del agua al paso de una góndola, mientras se oye de fondo la melodía de todos las voces de los gondoleros hablando italiano con sus compañeros y cantando a capela hermosas canciones que solo ellos parecen conocer y cantar mejor que cualquier cantante de ópera. Y esos silbidos; que dulce melodía es Venecia. Todas las casas, los canales, los vaporettos, los restaurantes… crean los acordes que en armonía crean la sinfonía que es Venecia. Quién dijo que París es la ciudad del amor se equivoco con todas las de la ley.

Aquí me despido. Espero que les haya gustado esta curiosa descripción.

Besos y abrazos para quien los quiera.

El kibapollito


No hay comentarios: